Aquellos que lleváis a vuestros peques a una escuela infantil habréis leído en las actividades del día: «cesto de los tesoros» o más difícil aún, «juego heurístico». Que nadie se asuste. Estos términos que a menudo se nos hacen tan ajenos hacen referencia a experiencias tan sencillas como las de exploración libre de objetos de la vida cotidiana.

Para esta actividad se utilizan objetos de distintos tamaños, pesos, texturas y materiales, que no sean peligrosos y que posibiliten movimientos de encajar, contener o vaciar, como pueden ser desde un calcetín a una cuchara de madera. Lo interesante del juego es dejar libertad al niño para interactuar con los objetos y mantenerse como observadores, sin verbalizar sugerencias salvo para ayudarles en el momento de recoger todo de nuevo en su recipiente. Este material se guardará en un cesto o caja que sólo se sacará en determinados momentos, tiempos cortos y bajo la vigilancia del adulto.

En nuestra adaptación del cesto de los tesoros al ámbito musical os proponemos hacer dos variantes para tener en casa:

Cesto de objetos sonoros

En este recipiente meteremos todos aquellos objetos de uso cotidiano que sean susceptibles de emitir sonidos. Como la definición es tan amplia como dé vuestra imaginación, sólo os hago algunas sugerencias:

  • botellas de agua rellenas de elementos como arroz, monedas, macarrones… y bien cerradas con cinta aislante (si son transparentes se convertirán en lo que en vuestra guarde llaman botellas sensoriales),
  • palillos chinos para usar a modo de claves o baquetas,
  • cucharas de diversos materiales (madera, metal, plástico),
  • cacerolas o flaneras viejas y tapas metálicas de sartén,
  • pinzas de hielera de metal,
  • cajas de cartón,
  • tupper o botes de plástico como el del cacao en polvo,
  • latas que tengan bordes seguros y tapas de plástico…

cajas2

Cesto de instrumentos

En este caso nos alejamos de la definición ortodoxa de cesto de los tesoros que implica objetos cotidianos y nos quedamos con la idea de exploración libre. Algunas recomendaciones a la hora de incluir los instrumentos en los juegos de nuestros peques:

– Es bueno que los instrumentos musicales tengan su propio espacio, una caja, cesto o recipiente separado de otros juguetes, de cuentos, de pinturas…

– Los mejores instrumentos son los que mejor suenan. Y esto que parece tan lógico es igual de válido para un músico profesional como para un niño de 1 año. No os dejéis influir por colores o materiales vistosos en la elección. Lo habitual es que los instrumentos que venden las tiendas de música suenen mejor que los de las jugueterías, aunque en esto también hay excepciones. Probadlos siempre antes de llevároslos a casa.

– Por supuesto, comprobad la seguridad. Que los bordes metálicos no corten, que no haya piezas pequeñas que se puedan desprender fácilmente… Y en todo caso recuerda que estarás acompañando a tu bebé durante su exploración de instrumentos.

– Seleccionar sólo instrumentos de percusión (hasta los dos años al menos) no tiene que ser sinónimo de aburrimiento. Hay una variedad fantástica dentro de ellos. Busca aquellos que exijan diferentes movimientos para favorecer el desarrollo de la motricidad fina: golpear (panderos, triángulos, cajas chinas), agitar (maracas, cascabeles, caxixi), hacer pinza (castañuelas de mano), chocar (crótalos, platillos, claves), rascar (güiro), girar la muñeca (tambor chino, cabaça, palo de lluvia)…

Esperamos haberos dado alguna idea nueva para seguir jugando en casa. ¡Gracias por leernos!

Cajas